Un número redondo que emociona: 300.000 órdenes realizadas desde nuestro portal de e-commerce. Para nosotros no es solo una cifra; es el resumen de siete años de aprendizaje, decisiones a tiempo y una comunidad que nos empujó siempre un poco más lejos. Esta es la pequeña gran historia de cómo arrancamos a vender online cuando casi nadie miraba para ese lado… y por qué hoy es nuestro “mejor local”.
Cuando todo eran dos pedidos y una sucursal de correo
La intuición nos indicaba desde hacía rato que la venta online iba a superar a la de los locales. Mirábamos lo que pasaba en Estados Unidos, veíamos tiendas que cerraban salones para enfocarse en Internet y tomamos nota. Así, en 2018 prendimos la tienda. Al principio, con suerte una o dos ventas por día. Los pedidos se armaban a mano en Woopy Recoleta: el vendedor abría el local, revisaba la web, buscaba los productos, embalaba y al mediodía despachaba en un punto de correo cercano. En los días “picantes” llegábamos a 20 pedidos, siempre preparados por la misma persona: Santiago, nuestro primer empleado, que nos acompañó hasta después de la pandemia.